segunda-feira, 6 de fevereiro de 2017

El poema llamado carne

No me mandes besos
Mándame sellos
Para que te devuelva cartas
Sucias, com aroma de pele
Arañada, escupida

No me mandes besos
Pero cabellos arrancados
Comidos por las uñas
Y dientes tatuados en el cuerpo
Sin ninguma censura

No me mandes besos
Ordenes al deseo
Que haga las valijas
Y sumerja en el poema
Que libre, llamase carne

Mar Rubina

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